sábado, 22 de noviembre de 2014

MUERE CAYETANA FITZ JAMES, QUIEN FUERA DUQUESA DE HIJAR.


La duquesa de Alba, Cayetana Fitz James Stuart y Silva, que falleció ayer a los 88 años de edad, fue también duquesa de Híjar de 1957 a 2013. El año pasado cedió el título a su hijo Alfonso Martínez de Irujo.  
Pregonó la Semana Santa de la Ruta del Tambor y el Bombo en Híjar en 2006, en un acto que tuvo lugar en el polideportivo y al que acudieron más de mil personas.

Un castillo palacio, actualmente en ruinas, es un ejemplo del legado patrimonial de los duques de Híjar en esta localidad.

El Ayuntamiento de la población publicaba ayer en su página web la siguiente nota de pésame:

“El Ayuntamiento de la Villa de Híjar y en el nombre de todos los hijaran@s, queremos hacer público nuestro más sincero pésame por el fallecimiento de Doña Cayetana Fitz-James Stuart y de Silva, XVIII Duquesa de Híjar, desde 1959 hasta el año 2011.

Su visita a nuestra población en el año 2006, dejo una profunda huella y un imborrable recuerdo en tod@s los vecin@s.
Descanse en Paz”.

Fuente :  www.aragondigital.com

jueves, 18 de septiembre de 2014

ALFONSO MARTINEZ DE IRUJO Y FITZ JAMES STUART, ACTUAL DUQUE DE HIJAR .


Alfonso Martínez de Irujo y Fitz-James Stuart
El duque de Aliaga (22 octubre 1950) es el encargado, junto a su hermano mayor, de las finanzas de la Casa de Alba, y recibió varias parcelas rústicas y la finca del antiguo castillo de El Tejado en Calzada de Don Diego (Salamanca). También reclamó siete títulos nobiliarios, entre ellos, el Ducado de Híjar, los condados de Guimerá, de Ribadeo, de Aranda y el de Palma del Río, tres de ellos con Grandeza de España.
Esta petición tiene su base histórica. El abuelo de la duquesa de Alba, Alfonso de Silva y Fernández de Córdoba, duque de Híjar, dejó por escrito su deseo de que los títulos provenientes de la casa de Híjar fueran a parar a Alfonso.

miércoles, 4 de junio de 2014

FOTOGRAFIA DE LA EX DUQUESA DE HIJAR , CAYETANA FITZ JAMES STUART , EL DIA DE SU PRIMERA COMUNION .


Imagen de la Ex- Duquesa de Hijar, Doña Cayetana Fitz James Stuart , el dia de su primera comunión, sentada en uno de los sillones de palacio, con tan solo ocho años .

martes, 27 de mayo de 2014

DOCUMENTOS ESHIJAR : En el año 1819 , se estrena en el Teatro del Principe de Madrid, La Desdeñosa, cuyo autor era el Duque de Hijar .


                                                           


Esta semana, en " Documentos eshijar " , les mostramos un anuncio que se publico en el año 1819, en una sección de cronica cientifica y literaria, en el que se publicaba que entre el 6 y el 31 de Mayo de ese año, en el Teatro del Principe de Madrid, se iba a representar la obra de teatro " La Desdeñosa ", cuyo autor era del Duque de Hijar.

En la imagen superior, lo podemos leer, en la columna de la izquierda al principio del documento .

miércoles, 21 de mayo de 2014

BIOGRAFIA DE DON RODRIGO SARMIENTO DE SILVA DE VILLANDRADO Y DE LA CERDA, DUQUE DE HIJAR . ( 1600 - 1664 . )

                                                             

Era Rodrigo hijo de Diego de Silva y Mendoza, duque de Francavilla, conde de Salinas y Ribadeo y marqués de Alenquer, virrey (1617-1621) y presidente del Consejo de Portugal, y de Mariana Sarmiento de Villandrando de la Cerda, condesa propietaria de Salinas y Ribadeo. Esta dama era la tercera esposa de Diego y su cuñada, por ser hermana de su segunda esposa, Ana Sarmiento, condesa de Salinas y Ribadeo, fallecida sin sucesión en 1595. Rodrigo era nieto a su vez, por línea paterna, de los príncipes de Éboli, Ruy Gómez de Silva y Ana de Mendoza y de la Cerda. El nacimiento del futuro duque de Híjar tuvo lugar entre marzo y abril de 1600 en la Corte de Madrid. Desde el momento de su nacimiento fue el heredero de los títulos de sus progenitores al haberse producido el óbito de su hermano Pedro, habido del segundo matrimonio de su padre.

El conde de Salinas, como era más conocido Diego de Silva, fue un reconocido poeta y erudito, hombre de gran cultura, bien considerado y circunscrito al círculo político del duque de Uceda. La caída del segundo valido de Felipe III a finales de marzo de 1621 conllevó para el conde el abandono de su cargo como virrey y capitán general de Portugal. El flamante valido de Felipe IV, el conde duque de Olivares, excluyó en un primer momento a Salinas de sus proyectos de gobierno aunque más tarde le destinara a la presidencia del Consejo de Portugal, reconociendo de este modo su larga experiencia de gobierno y su amplio conocimiento de los asuntos lusos.

Poco es lo que se conoce de la infancia de Rodrigo salvo las noticias que aportan los cronistas de Corte. Se halló en la significativa jura del príncipe Felipe (IV) en el monasterio de San Jerónimo el Real el 13 de enero de 1608. Acompañó a su padre a Lisboa en donde residió el tiempo que éste fue virrey. Se tiene constancia de que disfrutó de fama de buen caballero y jinete aunque no parece que heredara las cualidades literarias y el gusto de su padre.

Cuando contaba veintiún años se concertó su casamiento con Isabel Margarita Fernández de Híjar, sexta condesa de Belchite y heredera del ducado de Híjar. El padre de la señora era Juan Francisco Fernández de Híjar, III duque de Híjar, Lécera y Aliaga, Grande de España desde 1599, fallecido en 1614. De su segundo matrimonio con Francisca de Pinós y Fenollet, III condesa de Vallfogona y Guimerá, viuda a su vez del II conde de Morata, tuvo dos hijas, María Estefanía Fernández de Híjar, V condesa de Belchite, e Isabel Margarita. Las capitulaciones matrimoniales se firmaron en Zaragoza en presencia del arzobispo Pedro González de Mendoza, hermano del conde de Salinas, padre del novio. La boda, aplazada por la destitución del conde como virrey de Portugal, tuvo lugar a finales de 1622, siendo oficiada por el prelado aragonés. Desde entonces Rodrigo tomó posesión de los títulos de su esposa, siendo en adelante conocido como duque de Híjar. Su suegra, Francisca de Pinós, era partidaria de que la pareja residiera de manera permanente en Zaragoza a fin de atender los pleitos del ducado, abiertos tras producirse una sucesión femenina, sin embargo su yerno tomó la determinación de establecerse en la Corte, a la que regresó a principios del año siguiente.

La estrecha vinculación paterna con el anterior y postergado régimen de los Sandovales impidió a Rodrigo alcanzar el lugar que en función de los méritos familiares y de su calidad le hubiera correspondido. La indiferencia, cuando no el desprecio, con que fue tratado Híjar por parte del conde duque contribuyó sobremanera a que el duque se posicionara sin ambages del lado de los descontentos con su gobierno. Sus ansias de medrar, frustradas permanentemente por Olivares, irritaron al magnate aragonés condicionando muchas de sus polémicas actuaciones políticas futuras y reafirmando su profundo resentimiento hacia el clan gobernante.

Uno de tantos desaires y agravios aconteció cuando el duque exigió que le fuera reconocido el derecho, que desde tiempo inmemorial, gozaban los titulares del condado de Ribadeo de comer con el Rey el día de la Epifanía y recibir el vestido que el Monarca vistiera esa jornada festiva. El reconocimiento de su privilegio fue expuesto en 1624 pero el conde duque de Olivares se negó a complacerle pese a exhibir Híjar un razonado memorial. Quizá como respuesta a aquella demanda no satisfecha o tal vez como resultado de su enemistad con el valido, Híjar no formó parte del rutilante cortejo que acompañó a Felipe IV en su viaje a Andalucía aquel año. Al año siguiente, sin embargo, el duque tomó la iniciativa y acudió a Cádiz para participar en la defensa de la ciudad durante el ataque inglés. Aunque, significativamente, se ausentó durante la jornada real a Aragón para la celebración de Cortes en Barbastro. En representación de la casa ducal acudió Pedro Fernández de Híjar, probablemente por ser Rodrigo, a pesar de los títulos, extranjero en Aragón. Antes de aquel viaje se apuntó Híjar una pequeña victoria al serle reconocido el privilegio pretendido, comiendo con el soberano el 6 de enero de 1625. En años posteriores no consta la satisfacción de aquel derecho.

Las décadas de 1620 y 1630 transcurren lentamente para un duque ávido de oficios y responsabilidades de gobierno. Aquellos años son, sin embargo, vitales desde el punto de vista familiar. En 1624 nació su primogénito y heredero, Jaime Francisco Víctor, que recibió el condado de Belchite. El 15 de junio de 1630 falleció su padre el conde de Salinas en el ejercicio de sus funciones como presidente del Consejo de Portugal, que lo era desde 1626. Al año siguiente la duquesa parió una hija, Teresa Sarmiento de la Cerda. En 1632 consiguió la resolución favorable de los pleitos que sostenía sobre la posesión del marquesado portugués de Alenquer. En 1634 elevó un memorial solicitando un puesto de consejero de Portugal alegando los méritos de su padre y los suyos propios, y su sangre portuguesa. El 23 de julio de 1639 murió su tío el cardenal Pedro González de Mendoza, uno de sus mayores apoyos. El mismo año fue nombrado capitán de los Caballeros de Cristo, orden militar lusa de la que ya era caballero y comendador de Coruche y Soure.

El complejo decenio de 1640, inaugurado con las rebeliones de Portugal y Cataluña, trajo para Rodrigo su nombramiento como general de la Caballería de Cataluña, su primera responsabilidad de mando. Sin embargo, el duque se negó a aceptar el cargo al implicar servir a las órdenes del conde de Santa Coloma, con quien mantenía desavenencias por ciertos agravios intercambiados entre los linajes de ambos. En 1641, y para desmentir ciertas sospechas propagadas con dolo acerca de su posible deslealtad, el duque fue propuesto para varios cargos militares que debía ejercer en contra de los sublevados portugueses. Aunque para su desgracia ninguno de ellos se materializó. Sin responsabilidades ni obligaciones viajó a Aragón para resolver el pleito sobre el condado de Belchite contra Pedro Fernández de Híjar que pretendía se dirimiera la posesión del condado y del propio ducado de Híjar. Ambos asuntos los resolvió a su satisfacción. Al año siguiente finalmente fue designado general de la caballería en Ayamonte, cerca de la raya de Portugal, confirmándose de este modo la ausencia de sospechas que sobre su fidelidad habían surgido en la Corte, a propósito de sus vinculaciones con aquel reino en rebeldía por su título de marqués de Alenquer. En aquel oficio sirvió brevemente encontrándose de nuevo en Madrid en el mes de julio. Ese mismo año desapareció la duquesa, recibiendo Jaime, su hijo, la grandeza de España como heredero de los ducados de su madre.

En 1643 se produjo la caída de Olivares, siendo Híjar de los primeros grandes en acudir a despedir al valido y congratularse, sin escrúpulo alguno, en su presencia de su desgracia. La marcha del conde duque indujo a Rodrigo y a otros grandes a pensar en la posibilidad cierta de sucederle en la privanza del Rey, sin embargo, todos fueron desengañados por la rapidez con la que Felipe IV designó al sobrino de aquél, Luis de Haro, como su sucesor en el valimiento. La marginación con la que éste distinguió a Híjar y a otros que como él aspiraban a ocupar alguna presidencia de Consejo o a compartir el gobierno, desembocaría en breve en la implicación de una parte significativa de la nobleza titulada en conspiraciones que perseguían la caída del valido. El noble aragonés contó con la alianza de los Borja, encabezados en la Corte por Fernando de Borja, consejero de Estado y caballerizo mayor del Rey, y el cardenal Gaspar de Borja y Velasco, antaño aliado fiel del conde duque, para favorecer sus pretensiones al valimiento. También hizo uso el de Híjar de gentes de indudable ascendiente sobre el Rey, empero de cuestionables principios, como su confesor, el portugués fray João de Santo Tomás y de algunos supuestos visionarios como Francisco de Chiriboga, Francesco Monteroni y la influyente sor María de Jesús de Agreda, la monja confidente del Rey, para quien el duque era “ministro de buen celo y fiel servidor de Vuestra Majestad”. Tales alianzas, sin embargo, no sirvieron a su propósito que era lograr la salida de Haro.

Frustrado este proyecto porfió el duque por consolidar mejores apoyos. Su encono hacia Haro le empujó a pactar con los numerosos descontentos con el valimiento, como los duques del Infantado, Osuna y Montalto y el conde de Lemos, partidarios de aupar al primer ministerio al conde de Oñate. Estando el monarca en Zaragoza, digiriendo personalmente la campaña de Cataluña, y advertido por su valido de la intriga y de los fines perseguidos por los conjurados, encargó al presidente del Consejo de Castilla, Juan Chumacero y Carrillo, la detención de Híjar al considerarle el cabecilla de la conspiración. A consecuencia de ello el duque fue desterrado a su señorío de Villarrubia de los Ojos en marzo de 1644. Allí permanecería dos largos años con la única compañía de su hijo mayor. Sus ruegos para que se le alzase el castigo no ablandaron el ánimo del Rey a pesar de los numerosos llamamientos a su inocencia. Finalmente en 1646 se le dio licencia para abandonar su exilio aunque obligándole a no abandonar la corte durante al menos dos años.

Aquel tiempo permitió rehabilitar su reputación y alcanzar algunas de sus pretensiones largamente acariciadas. Fue nombrado gentilhombre de la cámara del Rey y miembro de los Consejos de Estado y Portugal. Tuvo ocasión de casar a su hija Teresa con Juan de Zúñiga Sotomayor y Mendoza, marqués de Valero, heredero del ducado de Béjar. Por lo que respecta a sus otros dos hijos, Ruy Gómez de Silva, tercer marqués de Alenquer, permaneció sin casar hasta su muerte, ocurrida en Béjar en 1680, y de Diego Gómez de Silva y Sarmiento no hay noticias.

En medio del enrarecido clima bélico y conspiratorio que vivía la Monarquía Hispánica desde hacía más de dos décadas y en el que las rebeliones de Portugal y Cataluña y las guerras en Flandes y Francia consumían los esfuerzos militares y económicos de la Corona, tuvo lugar una serie de acontecimientos luctuosos que confirmaron los peores temores, una posible secesión de Aragón, como antes había sucedido con Andalucía, y que ya se había cobrado dos piezas señaladas, el duque de Medina Sidonia y el marqués de Ayamonte, parientes directos del conde duque de Olivares. El 18 de agosto de 1648 y los días sucesivos se produjo en Madrid el arresto del exmaestre de campo del ejército de Cataluña y veterano militar, Carlos de Padilla. Junto a él se detuvo igualmente al marqués de la Vega de la Sagra, Pedro de Silva y Mendoza, hijo del marqués de Montemayor, y al propio duque de Híjar, el 6 de septiembre. Asimismo, se habían cursado órdenes de apresamiento contra el militar de origen portugués Domingo Cabral, en Sevilla, y contra Juan de Padilla, hermano de Carlos, gobernador de Bercelli, en el estado de Milán. Se acusaba a los detenidos de haber incurrido en un delito tipificado como crimen de lesa majestad y alta traición al conspirar, se decía, para aupar al duque de Híjar al trono de Aragón, con el apoyo de Francia.

La gravedad de las acusaciones obligó a la inmediata constitución de un tribunal presidido por el alcalde de Corte Pedro de Amezqueta e integrado por los jueces del Consejo de Castilla, Melchor de Valencia, Francisco de Robles Villafañe, Bernardo de Ipeñarrieta y Martín de Reategui. Las averiguaciones e interrogatorios, especialmente de la servidumbre de Padilla, evidenciaron el propósito del duque de Híjar de negociar secretamente con el príncipe de Condé a fin de lograr un acuerdo de paz entre ambas Coronas, mérito con el que pretendía asegurarse el primer lugar cerca del Rey. Para desarrollar la empresa los conjurados habían designado a Carlos de Padilla como emisario para llevar el peso de las entrevistas con el cardenal Mazarino. Se suponía que si Padilla fracasaba en su primer empeño ofrecería a Francia la cesión de Navarra y la Cataluña transpirenaica a cambio de su apoyo para entronizar a Híjar en Aragón. Por su parte, el luso Cabral habría conseguido el compromiso del rey João IV de facilitar asistencia militar a cambio de la entrega del reino de Galicia. Sin embargo, lo cierto es que pese a las declaraciones de testigos, Padilla nunca llegó a viajar a Francia y el duque de Híjar siempre negó su implicación en la trama. Las contradicciones a las que se enfrentaron los inculpados no hicieron sino complicar aún más la resolución del proceso. Entre las acusaciones que se hizo a los conjurados figuraban algunos crímenes ciertamente insensatos y de cuestionable certeza, como su propósito de acabar con la vida del Rey o sucederle en caso de fallecer sin descendencia, al tener derechos Híjar por su ascendencia del linaje real de la Cerda. También se llegó a afirmar que pretendían dividir la Monarquía en tres reinos, otorgando Andalucía al duque de Medina Sidonia, incendiar y saquear Madrid, suprimir el Santo Oficio e incluso raptar a la infanta María Teresa, heredera de la Corona, para llevarla bien a Francia, bien a Portugal, con el fin de casarla con Luis XIV o con el heredero del reino luso.

Pese a la negativa de los implicados a aceptar las acusaciones, Felipe IV fue inmisericorde ordenando su ejecución sin dar ocasión a aplazamientos y recusaciones. Carlos de Padilla y el marqués de la Vega de la Sagra fueron ejecutados en la Plaza Mayor de Madrid el 5 de diciembre de 1648, degollados por detrás, sin tener en cuenta su calidad nobiliaria, mientras Cabral era ahorcado en la cárcel. A los pocos días, el 12 de diciembre, el marqués de Ayamonte, Francisco Silvestre de Guzmán, preso desde 1641, y aunque estaba condenado a perpetuidad acusado de participar en una conspiración para sublevar Andalucía, fue decapitado, por detrás como a malhechor, en el Alcázar de Segovia.

El duque de Híjar, que había recibido tormento con el fin de arrancarle una confesión de culpabilidad, fue condenado finalmente a prisión perpetua por encubridor, al haber guardado silencio sobre una conspiración que conocía, a confiscación de bienes y cautiverio en las Torres de León. De hecho, y como había asegurado tras las torturas, había comunicado por carta a sor María de Ágreda el conocimiento que tenía de ciertas intrigas conducentes a la muerte del Rey o a la sublevación de algunos reinos. Tal y como puede leerse en su epístola conocía la conjura con anterioridad aunque no se atrevió a tratarla con quienes consideraba poco afectos a su persona, especialmente con Haro. Siempre aseguró, al igual que sus hijos, que el inductor de su desgracia había sido el propio Luis de Haro y su cuñado el conde de Monterrey. Para evitar sospechas de favoritismo, el Rey obligó a su valido a declarar en el juicio. Fallecido Haro en 1661 la suerte del prisionero no cambió un ápice. Híjar siempre negó las acusaciones de alta traición, por otra parte nunca demostradas, aunque pese a sus exhortaciones a Felipe IV, éste jamás accedió a relajar las privaciones de su cautiverio. Durante su encierro, el duque no aceptó acogerse a indulto como cuando en 1657 la Reina lo propuso con ocasión del nacimiento del príncipe Felipe Próspero, pues de haberlo hecho hubiera tenido que asumir su culpabilidad. De cualquier modo el Rey jamás perdonó a Híjar, al que sobrevivió cerca de dos años. Antes de morir realizó un último alegato de inocencia. El duque falleció en la torre de la fortaleza de León el 2 de enero de 1664.

Rodrigo fue rehabilitado post mórtem durante la regencia de la reina Mariana de Austria, en fecha desconocida aunque pueda situarse entre 1665 y 1677, al considerarse que el riguroso proceso judicial al que había sido sometido era “injusto, nulo, atentado y violento”.


domingo, 4 de mayo de 2014

SEÑORES DE HIJAR : Pedro Fernandez de Hijar. 1245 - 1299 .

                                                                       


Hijo de Jaime I y de Berengela Fernandez.  Su padre, Jaime I, le otorgó en 1268 la mitad de Hijar y Urrea de Gaen, a cambio de unas propiedades que tenia en Valencia.  Después de la cesión se fundo La Puebla de Hijar, tambien incorporada al Señorio.  Destaco por su participación en las empresas militares para la Reconquista de Murcia, Valencia y Sicilia.  Caso en segundas nupcias con Marquesa Gil de Rada.

domingo, 27 de abril de 2014

LOS PADRES DE DOÑA CAYETANA JAMES STUART , EX DUQUESA DE HIJAR.


En la imágen superior, les mostramos una de las pocas imágenes que existen de los padres de Doña Cayetana  James Stuart , Ex Duquesa de Hijar.

domingo, 20 de abril de 2014

HACE 350 AÑOS MURIÓ RODRIGO SARMIENTO, ACUSADO DE PARTICIPAR EN LA CONSPIRACIÓN DEL DUQUE DE MEDINA SIDONIA CONTRA EL REY.

                                

Madrid, IV.1600 – León, 2.I.1664.

Era Rodrigo hijo de Diego de Silva y Mendoza, duque de Francavilla, conde de Salinas y Ribadeo y marqués de Alenquer, virrey (1617-1621) y presidente del Consejo de Portugal, y de Mariana Sarmiento de Villandrando de la Cerda, condesa propietaria de Salinas y Ribadeo. Esta dama era la tercera esposa de Diego y su cuñada, por ser hermana de su segunda esposa, Ana Sarmiento, condesa de Salinas y Ribadeo, fallecida sin sucesión en 1595. Rodrigo era nieto a su vez, por línea paterna, de los príncipes de Éboli, Ruy Gómez de Silva y Ana de Mendoza y de la Cerda. El nacimiento del futuro duque de Híjar tuvo lugar entre marzo y abril de 1600 en la Corte de Madrid. Desde el momento de su nacimiento fue el heredero de los títulos de sus progenitores al haberse producido el óbito de su hermano Pedro, habido del segundo matrimonio de su padre.

El conde de Salinas, como era más conocido Diego de Silva, fue un reconocido poeta y erudito, hombre de gran cultura, bien considerado y circunscrito al círculo político del duque de Uceda. La caída del segundo valido de Felipe III a finales de marzo de 1621 conllevó para el conde el abandono de su cargo como virrey y capitán general de Portugal. El flamante valido de Felipe IV, el conde duque de Olivares, excluyó en un primer momento a Salinas de sus proyectos de gobierno aunque más tarde le destinara a la presidencia del Consejo de Portugal, reconociendo de este modo su larga experiencia de gobierno y su amplio conocimiento de los asuntos lusos.

Poco es lo que se conoce de la infancia de Rodrigo salvo las noticias que aportan los cronistas de Corte. Se halló en la significativa jura del príncipe Felipe (IV) en el monasterio de San Jerónimo el Real el 13 de enero de 1608. Acompañó a su padre a Lisboa en donde residió el tiempo que éste fue virrey. Se tiene constancia de que disfrutó de fama de buen caballero y jinete aunque no parece que heredara las cualidades literarias y el gusto de su padre.

Cuando contaba veintiún años se concertó su casamiento con Isabel Margarita Fernández de Híjar, sexta condesa de Belchite y heredera del ducado de Híjar. El padre de la señora era Juan Francisco Fernández de Híjar, III duque de Híjar, Lécera y Aliaga, Grande de España desde 1599, fallecido en 1614. De su segundo matrimonio con Francisca de Pinós y Fenollet, III condesa de Vallfogona y Guimerá, viuda a su vez del II conde de Morata, tuvo dos hijas, María Estefanía Fernández de Híjar, V condesa de Belchite, e Isabel Margarita. Las capitulaciones matrimoniales se firmaron en Zaragoza en presencia del arzobispo Pedro González de Mendoza, hermano del conde de Salinas, padre del novio. La boda, aplazada por la destitución del conde como virrey de Portugal, tuvo lugar a finales de 1622, siendo oficiada por el prelado aragonés. Desde entonces Rodrigo tomó posesión de los títulos de su esposa, siendo en adelante conocido como duque de Híjar. Su suegra, Francisca de Pinós, era partidaria de que la pareja residiera de manera permanente en Zaragoza a fin de atender los pleitos del ducado, abiertos tras producirse una sucesión femenina, sin embargo su yerno tomó la determinación de establecerse en la Corte, a la que regresó a principios del año siguiente.

La estrecha vinculación paterna con el anterior y postergado régimen de los Sandovales impidió a Rodrigo alcanzar el lugar que en función de los méritos familiares y de su calidad le hubiera correspondido. La indiferencia, cuando no el desprecio, con que fue tratado Híjar por parte del conde duque contribuyó sobremanera a que el duque se posicionara sin ambages del lado de los descontentos con su gobierno. Sus ansias de medrar, frustradas permanentemente por Olivares, irritaron al magnate aragonés condicionando muchas de sus polémicas actuaciones políticas futuras y reafirmando su profundo resentimiento hacia el clan gobernante.

Uno de tantos desaires y agravios aconteció cuando el duque exigió que le fuera reconocido el derecho, que desde tiempo inmemorial, gozaban los titulares del condado de Ribadeo de comer con el Rey el día de la Epifanía y recibir el vestido que el Monarca vistiera esa jornada festiva. El reconocimiento de su privilegio fue expuesto en 1624 pero el conde duque de Olivares se negó a complacerle pese a exhibir Híjar un razonado memorial. Quizá como respuesta a aquella demanda no satisfecha o tal vez como resultado de su enemistad con el valido, Híjar no formó parte del rutilante cortejo que acompañó a Felipe IV en su viaje a Andalucía aquel año. Al año siguiente, sin embargo, el duque tomó la iniciativa y acudió a Cádiz para participar en la defensa de la ciudad durante el ataque inglés. Aunque, significativamente, se ausentó durante la jornada real a Aragón para la celebración de Cortes en Barbastro. En representación de la casa ducal acudió Pedro Fernández de Híjar, probablemente por ser Rodrigo, a pesar de los títulos, extranjero en Aragón. Antes de aquel viaje se apuntó Híjar una pequeña victoria al serle reconocido el privilegio pretendido, comiendo con el soberano el 6 de enero de 1625. En años posteriores no consta la satisfacción de aquel derecho.

Las décadas de 1620 y 1630 transcurren lentamente para un duque ávido de oficios y responsabilidades de gobierno. Aquellos años son, sin embargo, vitales desde el punto de vista familiar. En 1624 nació su primogénito y heredero, Jaime Francisco Víctor, que recibió el condado de Belchite. El 15 de junio de 1630 falleció su padre el conde de Salinas en el ejercicio de sus funciones como presidente del Consejo de Portugal, que lo era desde 1626. Al año siguiente la duquesa parió una hija, Teresa Sarmiento de la Cerda. En 1632 consiguió la resolución favorable de los pleitos que sostenía sobre la posesión del marquesado portugués de Alenquer. En 1634 elevó un memorial solicitando un puesto de consejero de Portugal alegando los méritos de su padre y los suyos propios, y su sangre portuguesa. El 23 de julio de 1639 murió su tío el cardenal Pedro González de Mendoza, uno de sus mayores apoyos. El mismo año fue nombrado capitán de los Caballeros de Cristo, orden militar lusa de la que ya era caballero y comendador de Coruche y Soure.

El complejo decenio de 1640, inaugurado con las rebeliones de Portugal y Cataluña, trajo para Rodrigo su nombramiento como general de la Caballería de Cataluña, su primera responsabilidad de mando. Sin embargo, el duque se negó a aceptar el cargo al implicar servir a las órdenes del conde de Santa Coloma, con quien mantenía desavenencias por ciertos agravios intercambiados entre los linajes de ambos. En 1641, y para desmentir ciertas sospechas propagadas con dolo acerca de su posible deslealtad, el duque fue propuesto para varios cargos militares que debía ejercer en contra de los sublevados portugueses. Aunque para su desgracia ninguno de ellos se materializó. Sin responsabilidades ni obligaciones viajó a Aragón para resolver el pleito sobre el condado de Belchite contra Pedro Fernández de Híjar que pretendía se dirimiera la posesión del condado y del propio ducado de Híjar. Ambos asuntos los resolvió a su satisfacción. Al año siguiente finalmente fue designado general de la caballería en Ayamonte, cerca de la raya de Portugal, confirmándose de este modo la ausencia de sospechas que sobre su fidelidad habían surgido en la Corte, a propósito de sus vinculaciones con aquel reino en rebeldía por su título de marqués de Alenquer. En aquel oficio sirvió brevemente encontrándose de nuevo en Madrid en el mes de julio. Ese mismo año desapareció la duquesa, recibiendo Jaime, su hijo, la grandeza de España como heredero de los ducados de su madre.

En 1643 se produjo la caída de Olivares, siendo Híjar de los primeros grandes en acudir a despedir al valido y congratularse, sin escrúpulo alguno, en su presencia de su desgracia. La marcha del conde duque indujo a Rodrigo y a otros grandes a pensar en la posibilidad cierta de sucederle en la privanza del Rey, sin embargo, todos fueron desengañados por la rapidez con la que Felipe IV designó al sobrino de aquél, Luis de Haro, como su sucesor en el valimiento. La marginación con la que éste distinguió a Híjar y a otros que como él aspiraban a ocupar alguna presidencia de Consejo o a compartir el gobierno, desembocaría en breve en la implicación de una parte significativa de la nobleza titulada en conspiraciones que perseguían la caída del valido. El noble aragonés contó con la alianza de los Borja, encabezados en la Corte por Fernando de Borja, consejero de Estado y caballerizo mayor del Rey, y el cardenal Gaspar de Borja y Velasco, antaño aliado fiel del conde duque, para favorecer sus pretensiones al valimiento. También hizo uso el de Híjar de gentes de indudable ascendiente sobre el Rey, empero de cuestionables principios, como su confesor, el portugués fray João de Santo Tomás y de algunos supuestos visionarios como Francisco de Chiriboga, Francesco Monteroni y la influyente sor María de Jesús de Agreda, la monja confidente del Rey, para quien el duque era “ministro de buen celo y fiel servidor de Vuestra Majestad”. Tales alianzas, sin embargo, no sirvieron a su propósito que era lograr la salida de Haro.

Frustrado este proyecto porfió el duque por consolidar mejores apoyos. Su encono hacia Haro le empujó a pactar con los numerosos descontentos con el valimiento, como los duques del Infantado, Osuna y Montalto y el conde de Lemos, partidarios de aupar al primer ministerio al conde de Oñate. Estando el monarca en Zaragoza, digiriendo personalmente la campaña de Cataluña, y advertido por su valido de la intriga y de los fines perseguidos por los conjurados, encargó al presidente del Consejo de Castilla, Juan Chumacero y Carrillo, la detención de Híjar al considerarle el cabecilla de la conspiración. A consecuencia de ello el duque fue desterrado a su señorío de Villarrubia de los Ojos en marzo de 1644. Allí permanecería dos largos años con la única compañía de su hijo mayor. Sus ruegos para que se le alzase el castigo no ablandaron el ánimo del Rey a pesar de los numerosos llamamientos a su inocencia. Finalmente en 1646 se le dio licencia para abandonar su exilio aunque obligándole a no abandonar la corte durante al menos dos años.

Aquel tiempo permitió rehabilitar su reputación y alcanzar algunas de sus pretensiones largamente acariciadas. Fue nombrado gentilhombre de la cámara del Rey y miembro de los Consejos de Estado y Portugal. Tuvo ocasión de casar a su hija Teresa con Juan de Zúñiga Sotomayor y Mendoza, marqués de Valero, heredero del ducado de Béjar. Por lo que respecta a sus otros dos hijos, Ruy Gómez de Silva, tercer marqués de Alenquer, permaneció sin casar hasta su muerte, ocurrida en Béjar en 1680, y de Diego Gómez de Silva y Sarmiento no hay noticias.

En medio del enrarecido clima bélico y conspiratorio que vivía la Monarquía Hispánica desde hacía más de dos décadas y en el que las rebeliones de Portugal y Cataluña y las guerras en Flandes y Francia consumían los esfuerzos militares y económicos de la Corona, tuvo lugar una serie de acontecimientos luctuosos que confirmaron los peores temores, una posible secesión de Aragón, como antes había sucedido con Andalucía, y que ya se había cobrado dos piezas señaladas, el duque de Medina Sidonia y el marqués de Ayamonte, parientes directos del conde duque de Olivares. El 18 de agosto de 1648 y los días sucesivos se produjo en Madrid el arresto del exmaestre de campo del ejército de Cataluña y veterano militar, Carlos de Padilla. Junto a él se detuvo igualmente al marqués de la Vega de la Sagra, Pedro de Silva y Mendoza, hijo del marqués de Montemayor, y al propio duque de Híjar, el 6 de septiembre. Asimismo, se habían cursado órdenes de apresamiento contra el militar de origen portugués Domingo Cabral, en Sevilla, y contra Juan de Padilla, hermano de Carlos, gobernador de Bercelli, en el estado de Milán. Se acusaba a los detenidos de haber incurrido en un delito tipificado como crimen de lesa majestad y alta traición al conspirar, se decía, para aupar al duque de Híjar al trono de Aragón, con el apoyo de Francia.

La gravedad de las acusaciones obligó a la inmediata constitución de un tribunal presidido por el alcalde de Corte Pedro de Amezqueta e integrado por los jueces del Consejo de Castilla, Melchor de Valencia, Francisco de Robles Villafañe, Bernardo de Ipeñarrieta y Martín de Reategui. Las averiguaciones e interrogatorios, especialmente de la servidumbre de Padilla, evidenciaron el propósito del duque de Híjar de negociar secretamente con el príncipe de Condé a fin de lograr un acuerdo de paz entre ambas Coronas, mérito con el que pretendía asegurarse el primer lugar cerca del Rey. Para desarrollar la empresa los conjurados habían designado a Carlos de Padilla como emisario para llevar el peso de las entrevistas con el cardenal Mazarino. Se suponía que si Padilla fracasaba en su primer empeño ofrecería a Francia la cesión de Navarra y la Cataluña transpirenaica a cambio de su apoyo para entronizar a Híjar en Aragón. Por su parte, el luso Cabral habría conseguido el compromiso del rey João IV de facilitar asistencia militar a cambio de la entrega del reino de Galicia. Sin embargo, lo cierto es que pese a las declaraciones de testigos, Padilla nunca llegó a viajar a Francia y el duque de Híjar siempre negó su implicación en la trama. Las contradicciones a las que se enfrentaron los inculpados no hicieron sino complicar aún más la resolución del proceso. Entre las acusaciones que se hizo a los conjurados figuraban algunos crímenes ciertamente insensatos y de cuestionable certeza, como su propósito de acabar con la vida del Rey o sucederle en caso de fallecer sin descendencia, al tener derechos Híjar por su ascendencia del linaje real de la Cerda. También se llegó a afirmar que pretendían dividir la Monarquía en tres reinos, otorgando Andalucía al duque de Medina Sidonia, incendiar y saquear Madrid, suprimir el Santo Oficio e incluso raptar a la infanta María Teresa, heredera de la Corona, para llevarla bien a Francia, bien a Portugal, con el fin de casarla con Luis XIV o con el heredero del reino luso.

Pese a la negativa de los implicados a aceptar las acusaciones, Felipe IV fue inmisericorde ordenando su ejecución sin dar ocasión a aplazamientos y recusaciones. Carlos de Padilla y el marqués de la Vega de la Sagra fueron ejecutados en la Plaza Mayor de Madrid el 5 de diciembre de 1648, degollados por detrás, sin tener en cuenta su calidad nobiliaria, mientras Cabral era ahorcado en la cárcel. A los pocos días, el 12 de diciembre, el marqués de Ayamonte, Francisco Silvestre de Guzmán, preso desde 1641, y aunque estaba condenado a perpetuidad acusado de participar en una conspiración para sublevar Andalucía, fue decapitado, por detrás como a malhechor, en el Alcázar de Segovia.

El duque de Híjar, que había recibido tormento con el fin de arrancarle una confesión de culpabilidad, fue condenado finalmente a prisión perpetua por encubridor, al haber guardado silencio sobre una conspiración que conocía, a confiscación de bienes y cautiverio en las Torres de León. De hecho, y como había asegurado tras las torturas, había comunicado por carta a sor María de Ágreda el conocimiento que tenía de ciertas intrigas conducentes a la muerte del Rey o a la sublevación de algunos reinos. Tal y como puede leerse en su epístola conocía la conjura con anterioridad aunque no se atrevió a tratarla con quienes consideraba poco afectos a su persona, especialmente con Haro. Siempre aseguró, al igual que sus hijos, que el inductor de su desgracia había sido el propio Luis de Haro y su cuñado el conde de Monterrey. Para evitar sospechas de favoritismo, el Rey obligó a su valido a declarar en el juicio. Fallecido Haro en 1661 la suerte del prisionero no cambió un ápice. Híjar siempre negó las acusaciones de alta traición, por otra parte nunca demostradas, aunque pese a sus exhortaciones a Felipe IV, éste jamás accedió a relajar las privaciones de su cautiverio. Durante su encierro, el duque no aceptó acogerse a indulto como cuando en 1657 la Reina lo propuso con ocasión del nacimiento del príncipe Felipe Próspero, pues de haberlo hecho hubiera tenido que asumir su culpabilidad. De cualquier modo el Rey jamás perdonó a Híjar, al que sobrevivió cerca de dos años. Antes de morir realizó un último alegato de inocencia. El duque falleció en la torre de la fortaleza de León el 2 de enero de 1664.

Rodrigo fue rehabilitado post mórtem durante la regencia de la reina Mariana de Austria, en fecha desconocida aunque pueda situarse entre 1665 y 1677, al considerarse que el riguroso proceso judicial al que había sido sometido era “injusto, nulo, atentado y violento”.

Fuente :  Real Academia de la Historia.

lunes, 14 de abril de 2014

EL SEÑORIO , DUCADO DE HIJAR . Autora : Maria Jose Casaus.

                                                           
  
Pulsando en el enlace inferior, pueden leer un interesante articulo, de la cual es autora Maria Jose Casaus Ballester , titulado :  " El Señorio Ducado de Hijar ".


http://www.comarcas.es/pub/documentos/documentos_Senorio_e1407137.pdf

domingo, 30 de marzo de 2014

LA EX-DUQUESA DE HIJAR DOÑA CAYETANA JAMES STUART , VESTIDA CON UN TRAJE DE BALENCIAGA , EN EL AÑO 1948.

                                                                   
     

En la imagen superior, les mostramos una bella estampa del año 1948, donde podemos ver a la Ex-Duquesa de Hijar, Doña Cayetana, posando con un traje de Cristobal Balenciaga, en el año 1948.

martes, 25 de marzo de 2014

CORRIA EL AÑO...1868. Se conceden entre 400 y 500 reales de vellón, para arreglar la paridera de la Pobleta.



                                                                      


Corría el año...1868.  Era exactamente el 3 de Diciembre, cuando se conceden entre 400 y 500 reales de vellón, para arreglar la paridera de La Pobleta en Hijar.

Seguidamente le transcribimos literalmente la correspondencia perteneciente al Archivo Ducal de Hijar, que hemos recogido en el Archivo Historico Provincial de Zaragoza, en relación con esta noticia :


 " Enterado del oficio de la reparación de las paredes de la paridera de La Pobleta en Hijar, y teniendo en cuenta la urgencia de llevar a cabo, para evitar mayores perjuicios, quedan aprobadas las determinadas obras, por un importe de 400 a 500 reales de vellón, a entregar a Manuel Tello , que podran gastarse, en las citadas obras.

Recomiendo que estas obras se realicen con toda la solidez. "

J. Robles.

A D. José Andanuy.  ( Zaragoza )


Madrid , 3 de Diciembre de 1868.



Fuente :  Archivo Historico Provincial de Zaragoza.

domingo, 16 de marzo de 2014

EL CASTILLO DE CASTRO CALDELAS EN ORENSE, PROPIEDAD DE LA CASA DE ALBA.

                                                                                 


El Castillo de Castro Caldelas - Ourense data del siglo XIV, se encuentra en un estado de conservación excelente y actualmente desempeña funciones de centro cultural, exposiciones y biblioteca.

Se puede visitar todos los dias , de 10 a 14 h y de 16 a 21 h. Más información en 988 20 33 58.

Este castillo es una residencia palaciega fortificada con almenas, ventanas, corredores y parladoiros. No sólo domina el espacio de Caldelas sino que también domina el tiempo o por lo menos se sujeta su paso a las agujas del reloj que lo marca en lo alto de la torre.

Fortaleza medieval, perteneció a la familia Lemos hasta su incorporación a la casa de Alba en el siglo XVIII. A lo largo del tiempo fue parcialmente destruido y reconstruido varias veces, por lo que es un buen ejemplo de arquitectura defensiva-militar de varias épocas. Se conservan casi todos los muros de la muralla, 3 torres cuadrangulares y el patio de armas. La torre del Reloj se levanta a la derecha de la entrada. La del homenaje, de planta rectangular, flanquea la puerta por el otro lado y su altura pone al alcance del visitante un horizonte para ver la sierra de San Mamede, la Cabeza Grande el alto de Cerdeira.

Se ubica dentro del casco urbano de Castro Caldelas, y se accede por una calle empedrada desde la plaza del ayuntamiento. destaca ante el viajero por su impresionante figura. Alzado en un sitio clave para el control y la defensa del lugar, en una tierra fronteriza y encrucijada de caminos.
Castro Caldelas está a unos 25 Km de Parada do Sil, y se puede realizar una visita a unos 30 m a la capital Ourense y a Manzaneda y su estación invernal.

domingo, 9 de marzo de 2014

DOCUMENTOS ESHIJAR : Plano de la casa para labradores en El Ceperuelo, elaborado por Agustin Sanz , en el año 1771.


                                                               




Esta semana, en nuestra sección de " Documentos eshijar " , les mostramos unos planos de una casa de labranza en El Ceperuelo, que elaboro Agustin Sanz, por expreso deseo de los Duques de Hijar, que el arquitecto denomino " nuevo lugar de San Rafael  " , como podemos ver en las imágenes superiores, que hemos encontrado en una reciente visita al Archivo Historico Provincial de Zaragoza.

En la planta baja, se diseño el corral, la escalera, la caballeriza, la dispensa, el patio y la cocina.

En la planta superior, Agustin Sanz diseño tres dormitorios , una alcoba y una zona destinada para escalera.  Segun hemos podido saber, lo denomino " nuevo lugar de San Rafael ", en honor a su esposa que se llamaba Rafaela.

Fuente :  Archivo Historico Provincial de Zaragoza.

domingo, 2 de marzo de 2014

LA EX-DUQUESA DE HIJAR , DOÑA CAYETANA FITZ JAMES STUART , DELANTE DE UN CUADRO DE GOYA EN EL PALACIO DE LIRIA.

                                                     



En la imagen superior, podemos ver a la Ex Duquesa de Hijar, Doña Cayetana de Alba, delante de un cuadro que pinto Francisco de Goya, por el año 1795, donde podemos ver a Maria del Pilar, Teresa, Cayetana de Silva y Alvarez del Toledo, que se encuentra actualmente en el palacio de Liria en Madrid.

lunes, 17 de febrero de 2014

¿ QUE ES UN SEÑORIO ? Origen del Señorio-Ducado de Hijar . Autora : Demetria Ortiz Cruz.


                                                                  


La historia del Señorio-Ducado de Hijar, como tal, tiene un hecho de partida relevante, tras la dominación musulmana durante  un periodo largo de su historia, Hijar fue reconquistada por los cristianos bajo el reinado de Ramon Berenguer IV  1137-1162 y ya seria Jaime I el Conquistador el que concedio a Ixar ( nombre antiguo de la villa de origen arabe ) y Urrea de Gaen a Pedro Fernandez, uno de sus hijos naturales habido con Berenguela Fernandez de Castilla, adoptó el topónimo de este lugar como apellido, siendo el I Señor de Hijar.

Antes de continuar con la historia del Señorio-Ducado de Hijar, debemos aclarar que se entiende por el termino señorio.  Así, se aplica dicha denominación al lugar que está bajo dominio de un señor particular.  Se trata de una donación inicial hereditaria de tierras y vasallos, incluida en su caso la jurisdición, dada por los monarcas a algunas personas que de esta forma  se convertian en nobles o se ennoblecian más, en muchos casos, como pago por servicios prestados.  El regimen de señorío pervivió hasta el siglo XIX y sirvió para articular los sitemas social, economico y politico de España.  Fue abolido por la Constitución del año 1812, reimpuesto en época de Fernando VII, hasta que fue abolido definitivamente con el final de su reinado 1833 y la Regencia de Isabel II , 1833-1868.

Quien conquisto la población de Hijar, villa a partir de Felipe V, en tiempos de Ramon berenguer IV, fue Galin Jimenez, Señor de Belchite.  Posteriormente pasó a manos de Rodrigo de Estada, que se caso con la hija de Galin Jimenez.  En el año 1200, Pedro II reconoció a su madre, Doña Sancha, la propiedad y castillo de Hijar como parte de sus bienes matrimoniales.

Tuvo después la villa Don Miguel de Luesia hasta el año 1213, cuando al morir, paso a su hija Guillerma, casada con Berenguer de Entenza, razón por la cual la familia Entenza poseyó el señorío de Hijar.  En el año 1261, paso a Ximeno de Urrea por un pleito que se entablo entre este y doña Elvira de Luesia sobre la posesión y derecho de la mitad de la villa y castillo.  En el año 1267, la hija de Don Ximeno, cedio la mitad de Hijar a Jaime I a cambio del castillo y villa de Tierga.  El 16 de Abril del año 1483, los Reyes catolicos elevarón el Señorío a la categoria de Ducado, siendo el titular Juan Fernandez de Hijar y cabrera, VII Señor de Hijar y I Duque.  El territorio que durante la Edad Media comprendia estaba formado por Hijar, La Puebla de Hijar, Urrea de Gaen y La Puebla de Albortón.


Autora :  Demelsa Ortiz Cruz.

viernes, 7 de febrero de 2014

DOCUMENTOS ESHIJAR : El plano de la fachada de la Capilla de la Pobleta y el Ceperuelo, que nunca se construyo , del arquitecto Agustin Sanz.


                                                                 


Esta semana, en nuestra sección de " Documentos eshijar ", les mostramos los planos de la fachada y el alzado superior, elaborado por Agustin Sanz, arquitecto favorito del IX Duque de Hijar, de la Capilla de La Pobleta y Ceperuelo, que nunca llego a construirse, que debió elaborarse en la década del año 1770.

Hace algunas semanas, estuvimos en el Archivo Historico Provincial de Zaragoza, y en el Legado 106 de la Sala V, encontremos este plano de la fachada y el alzado superior de la capilla, que estaba diseñada en una sola nave.

Aunque la imagen no es la deseable, hemos pensado que es un valioso documento de nuestra historia, que merecia la pena conocer, donde se pueden ver los detalles de la fachada, de aquella capilla que nunca se construyo, aunque después en el Ceperuelo construyeron una sencilla capilla, que no es la que se recogen en los planos superiores.

viernes, 31 de enero de 2014

PALACIO DE MONTERREY EN SALAMANCA PROPIEDAD DE LA CASA DE ALBA .

                                                             


El Palacio de Monterrey de Salamanca, España, es uno de los máximos exponentes del estilo artístico plateresco. Edificado por el III conde de Monterrey, actualmente es propiedad de la Casa de Alba, que es titular de dicho condado. Fue un edificio muy admirado e imitado en el siglo XIX, dando lugar al llamado estilo Monterrey o neoplateresco, un historicismo que retomaba la estética del plateresco.

Fue declarado Monumento Nacional, equivalente al actual término BIC con categoría de Monumento, el 6 de mayo de 1929.

domingo, 26 de enero de 2014

LA EX - DUQUESA DE HIJAR DOÑA CAYETANA FITZ JAMES STUART DE FALLERA EN EL AÑO 1964 , EN LA PLAZA DEL MERCADO DE VALENCIA.


En la imágen superior, les mostramos una bella estampa de la Ex- Duquesa de Hijar, Doña Cayetana James Stuart , en el año 1964, durante las fallas en la Plaza del Mercado.

domingo, 19 de enero de 2014

DOS ANGULOS DEL SEPULCRO DEL SEÑOR DE HIJAR DON PEDRO FERNANDEZ DE HIJAR.




En las imagenes superiores, les mostramos desde dos ángulos el sepulcro del I Señor de Hijar, Don Pedro Fernandez de Hijar.  La primera imagen es de los años 30 realizada por José Mora Insa, cuando estaba en el Monasterio de Rueda de Sastago.  

En la segunda imagen lo podemos ver ya en Zaragoza, en el Archivo de Zaragoza, lugar al que fue trasladado por amenazar ruina el monasterio, hace ya bastantes décadas.

lunes, 13 de enero de 2014

HISTORIA DEL CONVENTO CAPUCHINO EN MONOVAR ( ALICANTE ), PROMOVIDO POR EL DUQUE DE HIJAR EN EL AÑO 1742. Autor : Jonatan Poveda.


                                                                  


La fundación del convento remite administrativamente al año 1742, fecha en la que la Orden de los Capuchinos de mutuo acuerdo con el Cabildo Municipal y el Padre fray Rafael de Torreblanca (representante de la orden religiosa), firmaron las capitulaciones que habían de establecer su fundación. Estos acuerdos solo supusieron las condiciones de cómo y cuándo debía de erigirse el Convento  y su Iglesia. Entre las condiciones, figuraba que el patronato del convento e iglesia que se debía de construir pertenecía al Duque de Hijar y sus descendientes, por construirlo en suelo de su posesión. Este patronato exigía que el escudo del Duque debiera aparecer a ambos lados del altar mayor, la portería y los claustros. Del mismo modo, se acordó que la advocación y titulo del convento sería el de la Virgen del Pilar, por ser el duque muy devoto de la misma.

Paralelamente a estas vicisitudes, el Ayuntamiento acordó junto con los monjes que mientras durase la construcción del nuevo convento ellos residirían en hogares de alquiler en el sitio que llaman del Monte Calvario. Dentro del contrato se establecía que el ayuntamiento pagaría su arrendamiento junto con la construcción de una nueva ermita que sirviese como capilla y resguardo del Santísimo.

Las obras de nuevo convento se iniciaron en 1743, poniéndose la primera piedra un día señalado como fue el 12 de octubre, festividad de la Virgen del Pilar y titular de la Fundación. La construcción se comenzó por el convento, y no por la iglesia, debido a la premura que se tenía en trasladar a los capuchinos y dejar las casas de arrendamiento libres. De esta forma, las dependencias conventuales finalizaron en 1756, trasladándose la comunidad allí mismo el día 11 de octubre. El traslado de los monjes fue sinónimo de festividad y procesiones, tal y como narra Montesinos, acordando puesto que la nueva iglesia no estaba finalizada que el refectorio hiciese las funciones de la misma.

El proyecto tardo en ser finalizado trece años, debido principalmente a que fue financiado por el Duque y las limosnas de los monoveros, cuya ayuda tanto numeraria como física fue clave en su construcción. Tal vez, como plantea Inmaculada Vidal, esa causa y la envergadura del proyecto fueran las principales causas de su demora.

La iglesia en cambio solo tardo en ser construida cuatro años, finalizándose en 1760, hecho constatado documentalmente donde se dice que el 18 de agosto, cumpliendo con las capitulaciones de Fundación acordadas se fijo el escudo de armas del Duque de Hijar sobre la puerta principal. El documento inédito con el que trabajo Inmaculada Vidal señala además que su maestro constructor fue el Capuchino y maestro de obras fray Juan de Cartagena, lo que refuta las tesis de que las Ordenes de religiosos regulares mantenían vigente la costumbre iniciada en el siglo XVII, de utilizar frailes arquitectos y maestros de obras de su propia orden.

El patrimonio artístico de la obra destaca por su esmero, teniendo en cuenta que siendo una Orden de tipo mendicante sus construcciones se basaban en criterios de austeridad. El material empleado para su construcción fue la mampostería enlucida, que junto con la ausencia de campanario nos muestra el rigor austero de la orden. Pese a ello, el único elemento que distorsiona esa severidad externa será la presencia del escudo del Duque de Hijar. El templo es de grandes dimensiones y estaba pensado para acoger a un gran número de fieles. La iglesia presentaba una cruz de tipo latina, de una sola nave pero con capillas laterales situadas entre los contrafuertes y éstos perforados con arcos para simular naves laterales. Como toda estructura conventual dispone de un coro en alto, y el tipo de sistema de cubrición empelado por fray Juan de Cartagena fue la bóveda de cañón, reforzada por arcos fajones con lunetos en la nave y una bóveda vaída en el crucero y en las capillas.

Por último, es necesario destacar la rica e ingenua decoración pictórica, Montesinos aduce que eran del pintor valenciano José Vergara los doce lienzos que adornaban el claustro, puestos allí en 1767. Del mismo pintor eran los lienzos de la Virgen del Pilar, que presidia el altar mayor del templo, y los lienzos de San José de Leonisa, el Beato de Corleón, San Serafín de Monte Granario, San Miquel y San Francisco. Las obras artísticas analizadas aducen a que fueron realizadas entre 1760-1770, junto con la escultura más sobresaliente que representa a San Francisco de Paula.


Jonatan Poveda

domingo, 5 de enero de 2014

EL CASTILLO DE LOS DUQUES DE HIJAR EN EL AÑO 1892 EN HIJAR.


                                                                         


En la imagen superior, les mostramos una bella estampa del Castillo Ducal en nuestra localidad, realizada por José Antonio Dosset en el año 1892.  En la imagen podemos ver como se encontraban las instalaciones hace 122 años.

En primer plano podemos ver una niña, paseando por el camino de los trastiradores, y en la parte superior el torreón de vigilancia.

Fuente :  Instituto de Estudios Turolenses.