jueves, 14 de marzo de 2013

RELACION DE TORMENTO AL DUQUE DE HIJAR SON RODRIGO SARMIENTO DE SILVA EL 1 DE DICIEMBRE DE 1648.




Seguidamente le vamos a relatar, el tormento que se le dio al Duque de Hijar, Don Rodrigo Sarmiento de Silva, el 1 de diciembre de 1648.

Como a las seis de la tarde, ya anochecido,  vino el Señor Don Pedro de Amezqueta en su coche y traía retaguardia detrás, el potro envuelto en una manta lo conducía un esportillero y con él José Goycochea, que entonces tenia el oficio de Alcayde de la Carcel de la Corte y detrás de el los dos verdugos de Madrid y Toledo.

Siendo las siete menos cuarto le empezaron amarrar bien en el potro y estándole poniéndole los verdugos las amarraduras se empezó a quejar con vergüenza, si bien las amarraduras eran tales que le lastimaban mucho pero sufrió y disimulo.  Luego que se termino  de amarrar, le mando el juez dar una mancuerda en los brazos y conforme le iban apretando  : “ Señor Don Pedro, que no tengo culpa, ni se nada “ a la cual respondió el juez :  “ Decid la verdad “ y estando tirando y apretando el verdugo volvió a decir el Duque : “ Mire Sr. Don Pedro que no tengo culpa “, lo que repitió muchas veces.

A las ocho en el reloj de la iglesia, el juez ordeno se le diese un garrote en un muslo que si se hizo, con todo ardor, que el Duque paso con toda fortaleza.  Diosele después un segundo, tercero y cuarto mostrando el Duque la misma entereza que en el primero.  En esos instantes el Sr Juez vio que los garrotes no estaban bien apretados como en el primer golpe, y el propio Duque decía : “ Tiene toda la razón el Sr Don Pedro, que los otros garrotes estuvieron menos apretados, apretadlos bien amigos, que más paso Dios por mi. “, cuando de repente vieron  al Duque derramar sangre por los brazos, que alcanzaban hasta el potro.  Después que los verdugos le desataron, le tomaron en andas y entre cuatro personas lo llevaron a la cama, donde el cirujano le pregunto al Duque . “ Tiene frio “, y el duque respondió con todo valor, “ pues aunque estoy temblando, por Dios aseguro que no es de miedo “, el Sr Duque pidió le abrigasen con la ropa de la cama y la capa de los alguaciles Alonso Pérez de Ulloa y Diego de Arroyo, cerraron la puerta y dejaron solo al Duque, que no pudo dormir en toda la noche, por las muchas heridas durante el tormento en brazos y piernas.

Fuente:
La conspiración del Duque de Hijar.