sábado, 26 de octubre de 2013

EL CUADRO QUE GOYA PINTO DE LA DUQUESA DE ALBA, MARIA PILAR CAYETANA DE SILVA- ALVAREZ DE TOLEDO.

                                                                


María del Pilar Cayetana de Silva-Álvarez de Toledo (1762-1802) Pintada por Goya en 1795. Este óleo sobre lienzo hace 194 x 130 cm. Pertenece a la colección particular de la actual duquesa de Alba, Cayetana Fitz James-Stuart. 
Éste fue el primer retrato de la duquesa realizado por Goya, de los muchos que le realizó en vida.
La duquesa nace en Madrid el día 10 de junio de 1762 en el seno de una familia de rancio abolengo español, entre una de las pocas familias de Grandes de España y de las pocas elegidas por los reyes españoles para su círculo personal. Adinerados y con un gran patrimonio, los Alba lo tenían todo, sobre todo una gran posición social en la corte de los Borbones. Cayetana (como se la conocía) era hija del décimo duque de Huéscar y nieta y heredera por parte de su madre, del duodécimo duque de Alba. Cayetana lo tuvo todo en esta vida y sobre todo prestigio como cortesana y muy conocida por sus grandes fiestas. De muy joven se casó con José Álvarez de Toledo y Gonzaga -un primo suyo- noveno marqués de Villafranca y duque de Medina Sidonia, una de las familias más antiguas del reino de Castilla; también con una gran fortuna. Heredó de muy joven el título de duquesa de Alba, convirtiéndose en la decimotercera duquesa de su linaje.
Pero a Cayetana la vida de esposa fiel y casera no era para ella. Necesitaba disfrutar de la vida y de su posición. Llegó a entrar en las intrigas reales, prestando ayuda a la reina María Luisa y la amante de ésta, el primer ministro, Godoy. Conocidísima como protectora de artistas y actores, también disfrutó de los placeres de la vida, como ser amante de personajes muy importantes de la política y la sociedad de la Ilustración.
La relación entre el pintor y la duquesa comenzó certeramente gracias a dos posibilidades, una a la duquesa de Osuna, que por entonces le acababan de retratar junto a su familia y la segunda a la intervención de la madre de Cayetana, en 1786, la cual se había casado con el conde de Fuentes, uno de los protectores de Goya. Tras conocerse, se interesó la duquesa por ser retratada por Goya. A partir de entonces, la relación entre ambos se hizo patente. Ante las muchas especulaciones sobre su relación sentimental que llegó a ser tumultuosa y criticada entre los cortesanos de entonces; lo único que podemos decir que si la relación existió, no duraría tanto como se llegó a contar, aunque los estudiosos de Goya, participan en decir que no pudiera llegar a realizar ni tan si quiera .
Al principio, Goya obtuvo la gracia de los duques de Alba y especialmente de Cayetana que ordenó instalar al pintor en una de las mejores habitaciones de su palacio madrileño . También pasará largas temporadas y veranos en el palacio de los duques de Alba en Piedrahíta (Ávila).
Incluso se llegó a decir que fue la misma Cayetana que solicitó a su esposo, chambelán de Carlos IV, que se hiciera el principal mecenas del artista.
Al morir el esposo de Cayetana de Alba en 1796, el pintor acompañará a la duquesa a Sanlúcar de Barrameda, un hecho que escandalizó a la corte de Carlos IV. Se escribió mucho sobre este acto y mucho se critico en su tiempo. ¿Pero realmente llegaron a ser amantes o solamente fueron buenos amigos? . En Sanlúcar, Goya comenzará a dibujar que acabaría ser plasmados en su “Álbum de Sanlúcar”. En sus dibujos aparece la duquesa junto a su hija adoptiva, María de la Luz; una niña de ascendencia africana. La duquesa no pudo tener hijos legítimos con el duque de Alba por lo que ambos adoptaron a esta niña que tanto sale dibujada junto a ella en el álbum de Sanlúcar.
Ya viuda y de regreso a Madrid, la relación de ambos contínuo. La obsesión de ambos por estar juntos siguió patente, sobre todo en las siguientes pinturas del artista. Los lienzos de “La maja desnuda” y “La maja vestida” fueron muy significantes. Poco o muy poco se sabe si realmente la joven que posó para ambos lienzos fue la duquesa de Alba, aunque sea la cara de la modelo la misma de la duquesa. Durante el inventario realizado sobre los bienes incautados por el primer ministro de Carlos IV, Godoy, parece ser que debieron ser de Cayetana de Alba, visto que el político estaba tan obsesionado por ella que logró reunir todos los retratos de Goya en la que ella salió. Godoy, que aunque fue el amante de la reina María Luisa de Parma, fue un incondicional de la duquesa de Alba.
El 23 de julio de 1802 murió la duquesa Cayetana. Tan sólo tenía 40 años de edad. También mucho se ha especulado de su muerte, llegando a pensar que fuera asesinada. Pero también es cierto que en los últimos años de vida la duquesa no gozaba de buena salud. 
Goya murió en Burdeos, Francia, el 15 de abril de 1828 a los 82 años de edad.

domingo, 13 de octubre de 2013

Circular al Duque de Hijar,en el año 1819, para que contribuya a la reparación del Archivo de Simancas, en Valladolid.



                                                                 


En la imagen superior, y dentro de nuestra sección " Documentos eshijar ", les mostramos una circular dirigida al Duque de Hijar, con fecha de 24 de marzo de 1819, por la cual Vicente Abrayham, pide al administrador del Duque de Hijar, Fernando de Bengoechea, ayuda para la reparación del Archivo General de Simancas en Valladolid.

Entre lo que hemos podido leer en el Leg II-38/18, dice lo siguiente :

" He pasado al Sr. Duque de HIjar, Conde de Salvatierra, el manifiesto de lo relativo a pedir para el restablecimiento del Archivo de Simancas.

V.U. me acompaña a la suya del corriente, pues como interesado en la conservación y habilitación del mismo, debe resolver y contestar, lo que sea aprobado y si lo hiciese por este medio del correo ordinario "

24 de marzo de 1819.

Vicente Abrayham


A la atención de Fernando de Bengoechea.


Fuente :
Archivo Historico Provincial de Zaragoza.

lunes, 7 de octubre de 2013

EL MUSEO ETNOLOGICO Y CENTRO CULTURAL DUQUE DE HIJAR , EN LUCENA DEL CID EN CASTELLON.

                                     Museo etnologico

En el punto más elevado de la montaña sobre la que se sitúa el municipio se encuentra el Museo Etnológico, en un principio se trataba de un castillo de origen musulmán que defendía esta población, perteneció, junto con todo su territorio, a los dominios del castillo de L'Alcalaten.

La imagen original del castillo era muy distinta de la actual, desde los conflictos bélicos de la reconquista sufrió numerosas transformaciones y reformas que le hicieron perder su aspecto originario, que debió tratarse de un castillo de planta cuadrada con dos grandes torres, también de planta cuadrada, de posición avanzada que protegían el portal de entrada. (Según Pascual Madoz, año 1845). Según la documentación obrante en el archivo municipal de fecha 1811 modifican la descripción que antes se ha realizado, planteando que existían cuatro torres en vez de las dos antes planteadas, según parece evidenciar los restos que existen de los basamentos de las mismas.

La conversión en Castillo feudal se debe a la Casa D'Urrea a mediados del siglo XIV. Fueron doña Toda Ximenez d'Urrea y Joan Ximeno d'Urrea quienes concedieron a la población de Lucena la carta de franquicias en 1335, para que, en 1418, desglosarse de la protección del castillo de L'Alcalaten. 

Al igual que en el resto de L'Alcalaten, a la casa D'Urrea le sucedió la casa de Hijar, razón esta por la que al castillo se le conoce también como palacio de los duques de Hijar.

El desarrollo bélico-político del siglo XIX fue especialmente cruel con el Castillo de Lucena, que acabo siendo destruido en su parte más significativa. 

En 1876, tras ser nombrada Lucena cabeza de partido judicial, se estableció la prisión sobre la estructura del viejo castillo, modificándolo y dándole el aspecto que hoy presenta.