martes, 30 de octubre de 2012

PALACIO DE LOS DUQUES DE HIJAR EN EPILA.

                                                             
Desde finales del siglo XIV y hasta 1811, Épila fue la "corte" de los Ximénez de Urrea, una de las ocho grandes casas nobiliarias del Reino de Aragón, más conocidos por el título condal de Aranda, que recibieron en 1488. En este palacio murió, en 1798, el último conde de Aranda, don Pedro Pablo Abarca de Bolea y Ximénez de Urrea, ministro ilustrado del monarca Carlos III.


El palacio fue construido adaptándose al desnivel del terreno: de ahí que la fachada principal tenga baja altura, mientras la posterior sea bastante más elevada.


La fachada más noble del palacio no es la principal, con excepción de la bella portada neoclásica, sino la posterior, que da a la huerta y forma ángulo, en una amplia explanada, con la portada del Convento, donde los piadosos condes concentraron todo el ornato; esta fachada posterior, levantada combinando mampostería y ladrillo, se articula, con proporción y decoro, en tres plantas sobre un amplio basamento.


Al interior destacan varios alfarjes de madera policromada al temple: uno es de cinco tramos, mientras otro, mucho más sencillo, tan solo cuenta con tres. Ambos alfarjes presentan canes muy sencillos y como principal motivo decorativo los escudos de la Casa de Aranda.


El palacio posee comunicación con la iglesia del Convento de la Concepción a través de un pasadizo sobre arcos. En el edificio muestra dos fachadas construidas a diferente altura que corresponden al s. XVIII. La superior, frente a la iglesia, alberga una bella portada adintelada entre pilastras dóricas con sillería de Calatorao, friso de triglifos y metopas y frontón partido en el centro cuyos extremos se rematan con volutas. Por encima del frontón se continúan las pilastras terminando en un motivo ornamental. Completa la portada una cartela y un escudo. El resto de la fachada es de aparejo con machones y verdugadas de ladrillo, y cajones de mampostería, sobre un zócalo de sillería.


La otra fachada está ordenada por machones e impostas de ladrillo con paños de mampostería, sobre zócalo de sillería. Tiene tres alturas, separadas por cornisas horizontales. El primer nivel presenta rejería de forja buena en los vanos; el segundo nivel, balcones volados que apoyan sobre ménsulas de forja, y el tercer nivel balcones más pequeños que los anteriores. Enmarca esta fachada sendos torreones cuadrados, ligeramente resaltados, de su misma elevación y de tres cuerpos de altura, tratados a base de cuadros resaltados de ladrillo entre pilastras.
Remata el edificio un tejaroz de ladrillo a sardinel muy volado.
En la zona más cercana al convento de la Concepción hay un cuerpo de tipología renacentista coronado por una galería de arcos de medio punto.El edificio está unido a dicho convento por un pasadizo que comunica mediante dos arcos.


El interior del inmueble es muy notable, con diversas piezas destacables e interesantísimas techumbres mudéjares.El zaguán, rectangular, está cubierto con bóveda neoclásica rebajada con tres tramos de lunetos, y decoración en ménsulas y tímpanos.


Patio del s. XVI con una planta baja porticada y con columnas de piedra. 
La planta noble, más sencilla con arcos de medio punto menores que se corresponden cada dos de ellos con uno de los inferiores. Finalmente, en el nivel superior se abren pequeños vanos adintelados con decoración de ladrillos a sardinel.


El salón principal destaca entre todas las estancias y está abierto a la fachada posterior cubierto por un espléndido alfarje de cinco tramos ¿por cuatro jácenas- soportado por serie de dobles con decoración de bustos con escudos; sobre las vigas mayores hay otras más pequeñas que apoyan sobre las primeras por medio de canes trilobulados; sobre las vigas, se disponen las jaldetas y el tablazón de cierre decorados con rectángulos y cuadrados moldurados.

El Palacio de los Duques de Hijar de la zaragozana localidad de Épila forma, junto al Convento de la Concepción, adyacente al palacio, uno de los conjuntos más notables del seiscientos en Aragón.


Fuente: Sipca.

DUQUES DE HIJAR.


1. Juan Fernandez de Hijar, 1. duque de Hijar * c. 1410 
2. Luis Fernandez de Hijar, 2. duque de Hijar, Aliaga e Lecera * c. 1430 
3. Luis Fernandez de Hijar, 3. duque de Hijar * c. 1500 
4. Juan Francisco Cristobal Fernandez de Hijar, 4. duque de Hijar* c. 1550 
5. Isabel Margarita Fernandez de Hijar, duquesa de Hijar e de Lécera* c. 1600 
6. Jaime Francisco Fernandez de Hijar, 5. duque de Hijar 
7. Juana Petronila Fernandez de Hijar, 6ª duquesa de Hijar * 1666 
8. Isidro de Sylva y Portugal, 7. duque de Hijar * 1690 
9. Joaquin Diego de Silva Portocarrero Fernadez de Hijar, 8. duque de Hijar * 1721 
10. Pedro de Alcántara-Fadrique de Silva Fernández de Híjar y Abarca de Bolea Portocarrero y Pons de Mendoza, 9. duque de Hijar * 1741 
11. Agustín-Pedro de Silva Fernández de Híjar y Palafox, 12. duque de Híjar * 1773 
12. José Rafael de Silva Fernández de Hijar y Palafox, 13. duque de Hijar* 1776 
13. Cayetano de Silva y Fernández de Cordoba, 14. duque de Hijar, 12. marqués de Almenara * 1805 
14. Andrés Avelino de Silva y Fernandez de Cordoba, 14. duque de Hijar* 1806 
15. Agustín de Silva y Bernuy, marqués del Sobroso, 14. duque de Híjar, duque de Lecera, 10. duque de Bournonville, conde de Aranda 
16. Alfonso de Silva y Campbell, 15. duque de Hijar * 1848 
17. Alfonso de Silva y Fernandez de Cordoba, 17. duque de Hijar * 1877 
18. Cayetana FitzJames Stuart, duquesa de Alba * 1926 

DUCADO DE HIJAR

El Ducado de Hijar, es un titulo nobiliario español creado por Fernando El Catolico, el 16 de abril de abril de 1483, para Juan Fernandez de Hijar, Señor de la Baronia de Hijar.

 Historia institucional / Reseña biográfica


Lo que hoy conocemos como archivo de la Casa Ducal de Híjar es en realidad el resultado de la agregación de varios archivos señoriales que, por una serie de circunstancias familiares, fueron a confluir en la Casa de Alba. El antropónimo de la familia que logró fusionar todos estos antecedentes es Fernández de Híjar, y tiene su origen en un hijo ilegítimo del rey Jaime I de Aragón con Berenguela Fernández, al que entregó como señorío la villa aragonesa de Híjar; sus sucesores obtuvieron el título ducal a fines del siglo XV. Desde su origen, los Fernández de Híjar fueron una de las familias nobles más relevantes de Aragón y desarrollaron una estrategia de enlaces matrimoniales con otras casas nobles, lo que les confirió un peso específico en la vida política de la Corona de Aragón. A lo largo de la Edad Moderna, la complejidad del patrimonio familiar, con mayorazgos independizados (como el marquesado de Aliaga) y la vida de la corte española llevaron al seno de esta familia gran cantidad de archivos nobiliarios. Así, entre sus legajos hay fondos documentales procedentes de los actuales territorios de Galicia, Cantabria, País Vasco, Cataluña, Valencia, Andalucía, Castilla-La Mancha, Castilla-León, Extremadura y Portugal; fuera de la península, el Rosellón francés y Cerdeña, en Italia. Prácticamente, casi todas las grandes familias nobles hispanas tuvieron contacto en algún momento de su dilatada historia con esta casa. Desde la perspectiva del reino de Aragón, destaca el entronque en el siglo XVIII con los condes de Aranda, familia a la que perteneció el ilustrado Pedro Pablo Abarca de Bolea, que fue ministro de Carlos III. Los Aranda poseían señoríos en la vega del Jalón y en el Somontano oscense, además de fértiles tierras en el reino de Valencia, donde este noble refundó la fábrica de cerámica de Alcora y fomentó los avances en las técnicas del regadío. La evolución histórica de España a lo largo del siglo XIX, con las luchas napoleónicas y la posterior crisis del sistema señorial, así como la implantación del Estado burgués tienen un reflejo de extraordinario interés en este gran fondo documental, que se extiende cronológicamente desde el siglo X hasta el primer tercio del siglo XX, siguiendo un hilo conductor que va a parar a la actual duquesa de Alba, XVIII duquesa de Híjar, que generosamente lo donó para la consulta pública y la investigación.

 Historia archivística


El fondo documental de la Casa Ducal de Híjar se encontraba depositado en el antiguo palacio del conde de Aranda en la villa aragonesa de Epila (Zaragoza), instalado en cinco Salas, dispuestas en torno a un Museo del Traje Real (era prerrogativa de los Fernández de Híjar recibir como regalo el traje con el que había sido coronado el rey de España). Con toda seguridad, una parte de este fondo, el de Híjar, provenía de Madrid de la llamada Capilla del Obispo de Palencia, una fundación de la familia Salazar en Madrid. Otra parte del fondo estaba constituida por el propio archivo condal de Aranda, que al parecer siempre tuvo su sede en Épila. Tanto en éste como en otros fondos nobiliarios, hubo un trabajo archivístico de organización en algún momento del siglo XVIII, y se conservan los instrumentos de descripción resultantes en forma de grandes Indices. La casa ducal siempre dispuso de un archivero a su servicio, y aún hoy lo tiene. En 1950, tras la visita al palacio de Epila del entonces Director General de Archivos y Bibliotecas, se realizó un primer Inventario mecanografiado de los fondos documentales por parte de tres facultativos de la Biblioteca Universitaria de Zaragoza, que concluyeron su labor de enlegajar y registrar los 1.301 paquetes en diciembre de 1951. El archivo así organizado fue accesible a los investigadores, previo permiso de los titulares y acuerdo con el archivero de la casa. Los duques de Alba determinaron la entrega de este fondo documental a la Comunidad Autónoma de Aragón. Se decidió entonces depositarlo en el Archivo Histórico Provincial de Zaragoza, donde ingresó en seis fases, entre 1988 y 1992, que supusieron la entrega sucesiva de los 1.301 legajos que lo integran.

Fuente. Archivo Historico Provincial de Zaragoza.